Ese 11 de Marzo de 2004 cuando cientos de personas se dirigían al trabajo, a la escuela, volvían a casa tras algunos días de descanso, etc. Ese tren que habían cogido miles de veces, y pensar que justo ese día sería diferente... que no llegarían al trabajo, ni a la escuela, ni volverían a casa.
Tal y como reveló el cuerpo de policía algún tiempo después fue un atentado terrorista yihadista, que acabó con la vida de más de un centenar de personas, y destrozó la vida de otras miles...
Yo, con tan sólo 12 años, no podía borrar de mi mente las imágenes que salían en las noticias... cuerpos sin vida, caras cubiertas de sangre, trozos de metal y madera repartidos por los alrededores de Atocha, madres, padres, hermanos, parejas e hijos lloraban destrozados esperando no reconocer, entre aquella dura imagen, algún signo que les confirmara que sus seres queridos no volverían a estar junto a ellos.
Pero también recuerdo noticias como "más de 100 voluntarios ayudan a víctimas y familiares", "los médicos dejan la clínica para atender a las víctimas en la calle" y eso, para la niña que yo era, significaba que había gente buena dispuesta ayudar a los demás...
Hoy, con 22 años, veo más allá de un atentado, una explosión, miles de heridos y cientos de fallecidos. Hoy, me pregunto por qué, ¿por qué sucede todo esto? ¿por qué hay personas que justifican la muerte de otros por sus valores? ¿son tan importantes los valores como para matar por ellos? ¿existe algo que justifique realmente la muerte de otras personas? Por todas estas y por otras que me hago, es por lo que he decidido ser Educadora Social... y aportar mi grano de arena para que la vida de las personas sea, por lo menos, vivida.
"Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos" Bob Marley.
Imagen recuperada de: http://www.sabiduriadelaluz.org/2013/03/9-aniversario-11m.html
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